viernes, 2 de octubre de 2015

Trastornos Alimentario: Otros derivados.

Ortorexia: Obesión por lo que el paciente considera una "buena alimentación" y que, por el contrario, lo lleva a evitar grasas, proteínas y vitaminas básicas para el organismo. Paradójicamente su afán por "comer sano" lo lleva a una mala nutrición, anemias, etc.
Vigorexia: Adicción al ejercicio a la que se suma una visión distorsionada de sí mismos, al verse débiles y enclenques.
Perarexia: EL paciente cree que todo lo que se ingiere engorda, por lo que desarrolla obesión por las calorías que tienen los alimentos.
Seudorexia o pica: Deseo irresistible de comer o lamer sustancias no nutritivas como yeso, tiza, algodón, ceniza, etc.
Potomanía: Compulsión por beber gran cantidad de líquido, más de 4 litros al día, para obtener sensación de placer y saciedad.
Drunkorexia: Restricción alimenticia para compensar el consumo de calorías que proporcionan las bebidas alcohólicas.
Sadorexia: Se conoce como trastorno de la dieta del dolor. Va acompañado por bulimia y anorexia pero con episodios de maltrato corporal y dietas masoquistas.
Síndrome del comedor nocturno: Se consume en la noche más del 25% del total de las calorías requeridas.
Pregorexia: Aparece en mujeres embarazadas a las que les horroriza engorda. Suelen hacer dietas e inducir al vómito durante la gestación, lo que es muy peligroso para madre e hijo.

Trastornos Alimentarios: Comedor Compulsivo

En la actualidad, el trastorno se encuentran bajo investigación y los criterios aún no están del todo definidos. Las personas que lo sufren pierden el control sobre su alimentación y pasan por episodios incontrolables en los que consumen grandes cantidades de comida en un breve espacio de tiempo.
A diferencia de las personas con bulimia nerviosa, no experimentan conductas compensatorias. Es decir, no tratan de eliminar la comida mediante vómitos inducidos, ayunos o abuso de laxantes. Los atracones son crónicos y pueden derivar en graves complicaciones de salud como: obesidad severa, diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
También experimentan culpa, vergüenza y angustia acerca de sus irrefrenables  comilonas, lo que puede conducir a más atracones.

Trastornos Alimentarios: Bulimia

Se caracteriza por episodios frecuentes y recurrentes de comidas copiosas durante las cuales se experimenta falta de sentimiento de control. Estos “atracones” son generalmente seguidos por comportamientos de compensación como vómitos inducidos o excesivo uso de laxantes y/o diuréticos, así como toma de medicamentos para adelgazar, excesivo ejercicio o ayunos.
Al contrario de la anorexia nerviosa, las personas que padecen bulimia mantienen un peso saludable o normal e incluso puede ser que presenten un ligero sobrepeso. A menudo sienten miedo a ganar peso y un intenso desagrado, vergüenza e infelicidad con respecto a su cuerpo. El ciclo de comidas copiosas y purgas pueden sucederse en un periodo semanal o, incluso, diario.
Los pacientes con bulimia nerviosa compulsiva comen con frecuencia y una cantidad asombrosa de alimentos que traga sin casi ni siquiera masticar en un corto período de tiempo, consumiendo calorías con alto contenido en azúcares, carbohidratos y grasas. Sus “atracones” suelen terminar sólo cuando son interrumpidos por otra persona, se quedan dormidos o experimentan un intenso dolor de estómago debido a que éste incrementa en exceso su capacidad normal. Durante estos episodios, el paciente  se siente fuera de control y el temor a un aumento de peso les hace decidir el uso de laxantes o producirse el vómito. Este ciclo, generalmente, se repite al menos varias veces a la semana o, en casos graves, varias veces al día.
Es difícil saber cuándo un familiar o amigo padece bulimia nerviosa ya que los afectados casi siempre lo llevan en secreto y a no ser que adelgacen de forma drástica, su problema suele pasar desapercibido por las personas más cercanas.
Entre otros, los síntomas incluyen:
– Garganta inflamada y adolorida por los constantes vómitos
–  Inflamación de las glándulas salivares
– Desgaste del esmalte de los dientes
– Dientes sensibles como resultado de la exposición al ácido del estómago
– Reflujo y otros problemas estomacales
– Irritación intestinal debido al abuso de laxantes
– Deshidratación severa
– Desequilibrio de electrolitos (niveles de sodio, calcio, potasio y otros minerales).
Para ser diagnosticado de bulimia nerviosa, la persona debe presentar una periodicidad en la ingesta de alimentos abundantes, seguidas de purgas, de al menos dos veces por semana, durante un par de meses.
Por supuesto, no tienen nada que ver con las típicas comilonas en una fiesta o en un evento que se presta a ello y luego decidir ir al gimnasio al día siguiente y hacerse el propósito de comer menos y más sano.
Las personas con bulimia consumen una gran cantidad de alimentos (a menudo comida “basura”). En ocasiones, pueden comer alimentos no cocinados o congelados o, incluso, recuperar comida ya desechada. Experimentan falta de control para parar de comer y sólo pueden hacerlo una vez están demasiado llenos. La mayoría de las personas con bulimia se purgan a través de vómito inducido, pero también usan laxantes o hacen ejercicio excesivo.
Aunque la anorexia y la bulimia son muy similares, las personas con anorexia suelen ser muy delgadas y de bajo peso, mientras que las personas con bulimia pueden tener un peso normal o, incluso, un ligero exceso de peso.

Trastornos Almentarios: Anorexia

Las personas que padecen anorexia y bulimia son, a menudo, demasiado perfeccionistas, con baja autoestima y excesivamente críticas consigo mismo y sus cuerpos, así como sentir emociones y actitudes extremas. Es corriente que dichas personas se encuentren en exceso obesas, aunque estén al límite de la inanición o desnutrición con graves repercusiones para su salud.
El miedo a ganar peso está siempre presente y en las etapas iniciales es común la negación su problema. En la mayoría de los casos, estos trastornos suelen ir acompañados de otros problemas psiquiátricos como la ansiedad, pánico, trastorno obsesivo-compulsivo y el consumo de alcohol o drogas.
Existen estudios que evidencian una posible herencia aunque pueden darse también en personas que no presentan antecedentes familiares. Lo cierto es que sin un adecuado tratamiento, estas personas pueden sufrir problemas derivados de la desnutrición llegando a afectar al corazón y otras enfermedades graves. Con una adecuada atención, puede volver a disfrutar de unos hábitos alimenticios normales y recuperar su salud tanto emocional como psicológica.
Los síntomas incluyen:
– Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo estándar para la estatura, constitución física, edad y nivel de actividad
– Miedo intenso a ganar peso
-Sensación de estar “gordo” o con sobrepeso a pesar de una pérdida de peso considerable
– Pérdida de menstruación
– Negación a comer o incluso provocarse el vomito o tomar laxantes
Originando:
– Osteopenia u osteoporosis (adelgazamiento de los huesos) por pérdida de calcio
– Fragilidad de cabello y uñas
– Tono amarillento de la piel
– Anemia y problemas musculares, incluyendo el músculo del corazón
– Estreñimiento severo
– Caída de la presión arterial, respiración lenta y pulso, experimentando frío constante
– Depresión y decaimiento
– Infertilidad
La anorexia nerviosa afecta aproximadamente a una de cada 100 niñas y mujeres jóvenes y se diagnostica cuando el paciente pesa un 15% menos de su peso normal o saludable.

Nutrimentos Orgánicos e Inorgánicos.

Los nutrientes pueden ser orgánicos e inorgánicos, entre éstos últimos tenemos al agua, que constituye más del 60% de nuestro cuerpo, y es utilizada como medio para la descomposición de alimentos; y a los minerales, que son sustancias que intervienen en procesos enzimáticos y del metabolismo (sodio, potasio, calcio, fósforo, yodo y hierro).

Entre los nutrientes orgánicos se encuentran los carbohidratos, que constituyen la principal fuente energética inmediata del organismo y pueden almacenarse como sustancias de reserva, están en alimentos como frutas, papa, maíz, arroz, etc. Los lípidos o grasas, los cuales son fuentes de energía mayores a los carbohidratos y protegen a los órganos contra los golpes, están en aceites, mantequillas, etc.
También se hallan las proteínas, que están formadas por aminoácidos, se utilizan en la reparación de tejidos y órganos del cuerpo, y son una fuente energética de emergencia, se encuentran en productos lácteos, carnes, huevos, etc. Y por último, las vitaminas que son sustancias orgánicas de muchos alimentos, indispensables para el buen funcionamiento del cuerpo y prevención de enfermedades, están en las frutas, vegetales, leche, etc.
Cabe resaltar, que una buena salud requiere de una combinación de estos alimentos, conocida por nosotros como dieta balanceada.